¿Por qué sufro ataques de pánico? ¿Qué los causa?

Los ataques de pánico son una de las problemáticas más molestas y que más irrumpen en la vida de la persona que las padece por la propia naturaleza del problema y los síntomas que acompaña.

Por suerte, los ataques de pánico tienen una causa y una solución que permite a la mayoría de personas ponerles remedio y reducir e incluso eliminar por completo su aparición para poder retomar sus vidas con normalidad.

En este artículo analizaremos qué es un ataque de pánico, qué síntomas aparecen durante el ataque de pánico para que podamos identificarlo y finalmente sus causas más frecuentes para poder atajar el problema cuanto antes.

¿Qué es un ataque de pánico?

Los ataques de pánico se definen como episodios relativamente breves (aunque subjetivamente para la persona pueden ser vividos como más duraderos), de unos minutos de duración, en los que hay un miedo extremo a ciertas reacciones físicas (respiración, latidos del corazón, sensación de mareo, entre otras), lo cual, se traduce en un miedo a la muerte de forma inminente.

Otra característica habitual de los ataques de pánico es que no suele haber por lo general una causa o desencadenante fácilmente detectable.

Lo cierto, es que la mayoría de la gente tendrá uno o dos ataques de pánico a lo largo de sus vidas, pero solo algunas de ellas entrarán en la espiral que les haga revivir esta desagradable experiencia más veces. En esos casos, hablamos de “trastorno de pánico” o “trastorno por ataques de pánico”. Por suerte existen formas de solucionar el problema.

 Síntomas de los ataques de pánico

A diferencia de otros problemas psicológicos, en los ataques de pánico, los síntomas de ansiedad aparecen de forma súbita y repentina. Es también muy frecuente que, aunque los desencadenantes pueden estar ocultos, sí se puede asociar el ataque de pánico a determinados contextos como conducir, volar, el trabajo, la muchedumbre, ciertos lugares públicos, etc.

Los síntomas más habituales en las crisis de pánico o ataques de pánico son: 

  • El principal síntoma: creencia firme de que se va a morir.
  • Angustia aguda debido a la creencia de que se va a morir.
  • Miedo a perder el control.
  • Mareo.
  • Vista nublada.
  • Síntomas disociativos (verse desde fuera, sentir el mundo como si no fuese real, no sentir el vínculo emocional que se tiene con otras personas, etc).
  • Dolor de cabeza.
  • Hiperventilación (aumento significativo del ritmo respiratorio).
  • Pulso muy acelerado (fruto de la ansiedad y el miedo a morir).
  • Sensación de calor corporal y enrojecimiento (sofocos).
  • Sudoración en distintas partes del cuerpo, normalmente en manos, axilas, cuello, frente…

¿Por qué tengo ataques de pánico?

En cada caso, la etiología de los ataques de pánico puede ser de lo más variada.

Genética

Se sabe, que los ataques de pánico tienen un componente genético hereditario, si bien este no es suficiente para explicar la aparición de los mismos. Se sabe que dicho peso genético es especialmente marcado en el caso de las mujeres, y de hecho, los ataques de pánico son el doble de frecuentes en mujeres que en hombres.

Comprensión de síntomas físicos

Por la parte ambiental, se sabe que la asociación de los síntomas físicos a la posibilidad de muerte es el principal punto que explica la aparición y persistencia de los ataques de pánico. De todos modos, esto sigue sin decirnos por qué unas personas realizan esta asociación y otras no.

El conocimiento propioceptivo que tenemos como seres humanos, no es tampoco igual a todo el mundo.

Las personas que entienden bien su cuerpo, entiende qué elementos del día a día pueden aumentar las pulsaciones, o la sensación de mareo (por poner dos ejemplos) están más protegidas ante un ataque de pánico que aquellas que sienten que no tienen el control sobre su cuerpo ni entienden por qué estos síntomas pueden aparecer en el día a día (sin implicar riesgo de muerte).

Sensación de vulnerabilidad

Por otro lado, y continuando con las causas ambientales, en el centro Psiconar observamos como por ejemplo, en etapas de alta vulnerabilidad, donde la persona percibe que tendría dificultades para escapar si lo necesitase (por ejemplo, mudarse solo/a a un país extranjero) las posibilidades de un ataque de pánico aumentan.

Esto se debe a que es más fácil entrar en el bucle: estrés→ sensación física desagradable → pensamientos del tipo “no puedo ir a un sitio seguro” → ansiedad → aumento de las sensaciones desagradables → etc. Haciendo que los síntomas escalen tanto que den la sensación de muerte inminente.

Miedo a la muerte

Otro de los puntos que debemos considerar siempre cuando buscamos entender los ataques de pánico (y solucionarlos) es la relación que tiene la persona con la muerte. Cuál es el grado de temor que le tiene, por qué en ese momento de la vida puede haber aumentado, cuál es la probabilidad que siente (no solamente que cree) que tiene de morir en los próximos años; es decir, cómo de frágil percibe su vida, etc.

En muchos tratamientos abordar el miedo a la muerte será fundamental para subsanar los ataques de pánico.

Comorbilidades

Los ataques de pánico son especialmente frecuentes cuando se dan determinadas condiciones psicopatológicas previas.

Por poner un ejemplo, los ataques de pánico son más frecuentes entre personas con trastorno de personalidad por dependencia (justamente por ese sentimiento de invalidez e impotencia frente a los peligros de la vida, que pueden sufrir estas personas).

También existen numerosos estudios que relacionan los ataques de pánico con la depresión, tanto como que la primera favorece la segunda, como a la inversa.

Por último, el trastorno de ansiedad generalizada suele ser el trastorno por excelencia cuando hablamos de caldo de cultivo idóneo para empezar a sufrir ataques de pánico, ya que podríamos decir, que el TAG aumenta los niveles medios de ansiedad del día a día, acercándonos ya de por sí, a una ansiedad suficiente como para producir un ataque de pánico.

Bibliografía:

  • Gradín C, Alonso I. Trastorno de ansiedad. Crisis de pánico. Servicio Navarro de Salud.
  • Iruela LM, Picazo J, Peláez C. Protocolo diagnóstico y terapéutico de las crisis de ansiedad y pánico. Criterios de ingreso hospitalario. Medicine. 2007;9:5432-5.
  • Saiz J, Montes JM. Trastornos de ansiedad. Medicine. 2003;8:5693-703.

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